COVID-19: Estabilidad e inactivación del virus

En una crisis sanitaria global es más importante que nunca estar bien informado a través de fuentes fiables. Es inevitable que aparezcan pseudo-expertos o druidas, que sin ninguna base científica pontifican sobre los beneficios o perjuicios de determinadas prácticas y/o productos. Por ejemplo, se ha visto afirmar que «la ingestión de una solución de clorito sódico, no sólo es un remedio para COVID-19, sino también frente al autismo y al virus del Ébola». También hay “expertos” que cuestionan la eficacia o validez de algunos principios activos, los tiempos de inactivación del virus o las concentraciones idóneas para la inactivación, sin aportar estudios relevantes que confirmen sus aseveraciones.

Aunque todavía existe un conocimiento escaso sobre el SARS-CoV-2, cada día aparecen nuevos resultados científicos útiles para adecuar las respuestas preventivas. Por eso es conveniente seguir las recomendaciones basadas en evidencias experimentales o en informaciones de organismos solventes como la OMS o la ECDC. Desde el comienzo de la pandemia hemos publicado en este blog varios artículos relacionados con COVID-19, ofreciendo información sobre las vías de contagio y los medios de prevención, basadas siempre en resultados contrastables, en fuentes fiables y en investigaciones recientes (Betelgeux 2020). En esa misma línea, se resumen a continuación los resultados de algunos estudios recientes sobre la estabilidad e inactivación del SARS-CoV-2.

Carga viral y dosis infectiva

Hasta el momento no se han encontrado evidencias sobre la dosis infectiva inicial del SARS-CoV-2. No obstante, se sospecha que la dosis inicial puede ser de unos centenares de partículas del virus y que la carga viral influye en la severidad de la enfermedad (Science Media Centre 2020, Heneghan et al.2020).

Sensibilidad a desinfectantes

La OMS ha señalado que los coronavirus pierden capacidad de infección tras la exposición a diferentes desinfectantes de uso común (WHO 2020). Por su parte el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades ha publicado la capacidad de diferentes compuestos desinfectantes frente a coronavirus, basándose en los ensayos realizados sobre coronavirus anteriores a SARS-CoV-2. Entre estos principios activos se encuentran el cloruro de benzalconio, etanol, isopropanol, glutaraldehído, hipoclorito sódico, formaldehido, etc. (ECDC 2020). Sobre la capacidad del ácido peracético frente a virus se publicó recientemente un artículo en este Blog (Betelgeux 2020).

En una investigación realizada sobre SARS-CoV-2, se ha comprobado el efecto viricida de varios desinfectantes comunes, añadiendo 15 μL de cultivo del virus SARS-CoV-2 (∼7,8 unidades logarítmicas de TCID50 por ml) a 135 μL de diferentes desinfectantes a las concentraciones usuales de trabajo. Con la excepción de la incubación durante 5 minutos de jabón de manos, no pudo detectarse virus infectivo en las superficies tratadas con desinfectantes tras 5 minutos de incubación a temperatura ambiente de 22°C (Chin et al.2020):

Estos resultados avalan el hecho de que, afortunadamente, SARS-CoV-2 es sensible a la mayoría de los desinfectantes de uso común.

Sensibilidad a desinfectantes de manos de base alcohólica

Con carácter general, las recomendaciones para el control de COVID-19 y la inactivación del SARS-CoV-2, aconsejan el lavado de manos con productos basados en alcohol. En un trabajo de investigación reciente (Kratzel et al.2020) se ha determinado la actividad viricida de las formulaciones recomendadas para la desinfección de manos de la OMS (WHO 2009). Estas formulaciones, tanto sin diluir como en diferentes diluciones, así como sus ingredientes activos, demostraron una inactivación eficaz del virus.

Según los resultados de esta investigación, el etanol y el 2-propanol, a concentraciones mayores al 30% (v/v) y 30 segundos de contacto, son suficientes para la inactivación completa de SARS-CoV-2. Por otra parte, las formulaciones conteniendo un 80% (v/v) de etanol, también han sido efectivas, incluso cuando se diluyen a concentraciones de más del 40%. Igual ocurre con formulaciones de 2-propanol conteniendo el 75% (v/v) del alcohol, incluso a concentraciones superiores al 30% y 30 segundos de contacto.

Sensibilidad a la temperatura

La estabilidad del SARS-CoV-2 a diferentes temperaturas se determinó en un estudio experimental (Chin et al.2020). El virus es muy estable a 4 °C ya que, a los 14 días, hubo sólo una reducción de 0,7 unidades logarítmicas. A temperatura ambiente (22 °C), a los 7 días se había producido una reducción de 3,3 unidades logarítmicas (> 99,9%). Sin embargo, a 56 °C la reducción a los 30 minutos fue de 2,9 unidades logarítmicas (>99,0%) y a los 60 minutos ya no se detectó el virus. A una temperatura de 70 °C el virus no se detecta a los 5 minutos.

Presencia de SARS-CoV-2 en objetos y EPI’s

Se ha detectado la presencia del virus en las superficies de diferentes objetos en hospitales (Ye et al.2020). Los más contaminados fueron las impresoras (20,0%), los escritorios y teclados (16,8%) y los pomos de las puertas (16,0%). Los EPI más contaminados fueron los dispensadores de desinfectante de manos (20,3%) y los guantes (15,4%), por lo que hay que tener en cuenta, en el caso de compartir el producto entre varios usuarios, el tipo de dosificador utilizado para tal fin.

Estabilidad sobre diferentes materiales

En una investigación realizada sobre diferentes materiales (van Dolremalen et al.2020), se vio que el SARS-CoV-2 es más estable en superficies de plástico y de acero inoxidable que sobre superficies de cobre o cartulina. En plástico, el virus fue detectado hasta 72 horas después de su aplicación sobre las superficies, aunque la carga vírica se redujo considerablemente durante este tiempo, hasta 100,6 TCID50/ml de medio. En acero inoxidable, a las 48 horas se observó la reducción hasta 100,6 TCID50/ml. Sobre superficies de cobre no se detectó SARS-CoV-2 viable después de 4 horas, mientras que el virus ya no se detectó sobre cartulina a las 24 horas.

En otra investigación realizada a temperatura ambiente (22°C) y con una humedad de alrededor del 65%, con diferentes superficies previamente infectadas (∼7,8 log unidades logarítmicas TCID50/ml), ya no se detectó el virus después de los tiempos recogidos en la tabla adjunta (Chin et al.2020):

Conclusiones

Estos hallazgos enfatizan la necesidad urgente de garantizar una limpieza y desinfección ambiental adecuada en centros de trabajo, hospitales, comercios e industrias, instruyendo a los operarios sobre la prevención de infecciones e implementando controles de higiene.

La protección de las personas frente a posibles contagios, es un objetivo prioritario en el contexto de esta pandemia de SARS-CoV-2 y, para ello, es muy importante conocer dónde y cómo se pueden producir los contagios, así como los medios que existen para la inactivación del virus.

Al contrario de lo que ocurre con el tratamiento de la enfermedad COVID-19, para la que no existen tratamientos con elevada eficacia demostrada, el virus SARS-CoV-2 es relativamente fácil de inactivar, pudiendo emplearse para ello una amplia variedad de productos detergentes y desinfectantes. La única diferencia con los planes de higiene habituales es que se debe intensificar la frecuencia, la profundidad y el alcance de los programas de limpieza y desinfección, así como los equipos dosificadores empleados, evitando posibles puntos de contaminación cruzada.

Bibliografia

Betelgeux (2020). Blog: Seguridad e Higiene Alimentaria. Publicaciones de 27 de febrero; 14, 16 y 23 de marzo; 2 y 7 de abril de 2020. http://www.betelgeux.es/blog/

Chin A W H, Chu J T S, Perera M R A, et al. (2020). Stability of SARS-CoV-2 in different environmental conditions. The Lancet Microbe, Published: April 02, 2020. doi.org/10.1016/S2666-5247(20)30003-3

Doremalen N. van, et al.(2020). Aerosol and surface stability of HCoV-19 (SARS-CoV-2) compared to SARS-CoV-1. The New England Journal of Medicine. April 16, 2020.doi.org/10.1056/NEJMc2004973

ECDC (European Centre for Disease Prevention and Control) (2020). Interim guidance for environmental cleaning in nonhealthcare facilities exposed to SARS-CoV-2. https://www.ecdc.europa.eu/sites/default/files/documents/coronavirus-SARS-CoV-2-guidance-environmental-cleaning-non-healthcare-facilities.pdf

Heneghan C, Brassey J, Jefferson T (2020). SARS-CoV-2 viral load and the severity of COVID-19.The Centre for Evidence-Based Medicine. University of Oxford. March 26, 2020.www.cebm.net

Kratzel A, Todt D, V’kovski P, Steiner S, Gultrom M, Thao TTN, et al.(2020). Inactivation of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 by WHO-recommended hand rub formulations and alcohols. Original Publication Date: April 13, 2020. Emerg Infect Dis. 2020 Jul. https://doi.org/10.3201/eid2607.200915

Science Media Centre (2020).Expert reaction to questions about COVID-19 and viral load. March  24, 2020. www.sciencemediacentre.org/expert-reaction-to-questions-about-covid-19-and-viral-load/

World Health OrganizationWHO (2020). First data on stability and resistance of SARS coronavirus compiled by members of WHO laboratory network. https://www.who.int/csr/sars/survival_2003_05_04/en/

World Health OrganizationWHO (2009). WHO guidelines on hand hygiene in health care: first global patient safety challenge clean care is safer care. Geneva 2009. https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/44102/9789241597906_eng.pdf

Ye G, Lin H, Chen L, Wang S, Zeng Z, Wang W, Zhang S, Rebmann S, et al. (2020). Environmental contamination of the SARS-CoV-2 in healthcare premises: an urgent call for protection for healthcare workers. medRxiv. 2020; (published online March 16.) (preprint) doi.org/10.1101/2020.03.11.20034546

Authors

Doctor en Química por la Universidad Complutense de Madrid con más de 30 años de experiencia en el desarrollo de productos y de soluciones para la higiene en la industria alimentaria, cosmética y farmacéutica, siendo también autor de numerosos libros, artículos y ponencias.

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