¿Cómo hemos cambiado la higiene de manos con la pandemia?

Un año después, todo parece haber cambiado. Aunque vivimos en la misma ciudad, esta poco o nada se parece a la que conocíamos antes. Ya nada es igual. El uso de los geles hidroalcohólicos, la mascarilla y la distancia social, se han convertido en algo cotidiano en este último año. Los hábitos de conducta higiénica personal del día a día han cambiado, especialmente los que hacen referencia a la higiene de manos. Un hábito saludable y efectivo frente al SARS-CoV-2 que, en cierto modo, ha venido para quedarse, aunque según un estudio publicado en EEUU, empieza a observarse cierta relajación en el número de veces que nos lavamos las manos si lo comparamos con hace un año.

Hace unos días celebramos el Día Mundial de la Higiene de Manos. Una efeméride que tiene un claro objetivo: tomar mayor conciencia de la importancia de una higiene de nuestras manos correcta y frecuente para evitar enfermedades. Muchas son las iniciativas que se han llevado a cabo dirigidas a todo tipo de públicos. Sin ir más lejos, BETELGEUX-CHRISTEYNS aprovechó esta jornada para explicar a los más pequeños de una escuela de atletismo cómo deben higienizarse correctamente sus manos. Una campaña “Me lavo las manos” que cumple su quinta edición con un taller que ha sido impartido a más de 2.000 escolares.

Hay que diferenciar la preocupación derivada de una mayor higiene por la pandemia, de un patrón compulsivo y excesivo de lavado de manos o limpieza como consecuencia de la exacerbación de la sintomatología del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), trastorno mental donde la persona tiene pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes (obsesiones) que causan una enorme ansiedad o malestar. La mayoría de las obsesiones implican la anticipación de consecuencias negativas por lo que la persona intenta pasarlas por alto, suprimirlas o neutralizarlas con algún otro pensamiento o conducta de tipo repetitivo (compulsión), como por ejemplo el lavado de manos excesivo o la limpieza, comportamientos que ya de por sí se han acentuado durante este último año, según los psicólogos clínicos.

Un estudio reciente realizado por una empresa del sector analiza el impacto de la pandemia en los nuestros hábitos en torno a la higiene y confirma que, a pesar de que la conciencia sobre la higiene pública ha cambiado y que los españoles han mejorado en ciertas rutinas, todavía hay margen de mejora. El informe señala que hemos aumentado la frecuencia de lavado de manos y el 80% ha cambiado la forma en que se las lava. En concreto, según el estudio os lavamos las manos 10 veces al día, el doble que antes de la pandemia. A pesar de que un 80 % de los españoles considera que el lavado de manos es esencial en su rutina de higiene sigue sin realizarse de la forma adecuada. El 45% de la población emplea menos de 20 segundos para lavarse las manos, y un 25% de estos no siempre utiliza jabón.

No obstante, el estudio refleja que el 84% de los españoles afirma haber incrementado la frecuencia con la que se lava las manos con agua y jabón.

Hoy en día, un 70% de la población lleva algún desinfectante en los bolsillos, mochilas, bolsos,… gel hidroalcohólico en distintos formatos, frente al 15% que lo llevaba en 2019. A las entradas de las tiendas encontramos todo tipo de dispensadores de gel. Desde simples botellas, muchas de ellas rellenadas, a aplicadores automáticos que gozan de un mayor grado de asepsia e higiene.

Lavarse las manos, salva vidas

La cultura de la higiene de manos ha ido cambiando a lo largo de la historia. Desde que, a mediados del siglo XIX, el médico húngaro Ignaz Philipp Semmelweis descubrió el origen infeccioso de la fiebre puerperal, logrando controlar su aparición con el simple hecho de lavarse las manos, conocemos de la importancia de lavarse correctamente las manos en nuestro día a día. Por primera vez en la historia, algo tan sencillo y barato como el hecho de lavarse las manos, suponía dar un paso muy importante en el campo de la medicina. Ese simple hecho salvó la vida a muchísimas mujeres en el momento del parto porque con el lavado de sus manos se evitaba posibles infecciones. Esta práctica se ha convertido en esencial en la atención médica, de ahí que OMS insista cada año en que el personal sanitario siga prácticas correctas de higienización de manos que elimine los virus, hongos, parásitos y bacterias.

Este gesto tan sencillo de lavarse las manos ha vuelto a tener mucha relevancia en este último año. Una acción que ha servido, y está sirviendo, para frenar el avance de la pandemia.

A pesar de ello, no existe una cultura de desinfección suficientemente arraigada, y tan solo se ha comenzado a poner en valor en el contexto de la pandemia. Un estudio realizado entre estudiantes universitarios publicado en 2009 por el American Journal of Infection Control señalaba que, tras la micción, el 69% de las mujeres y solo el 43% de los hombres se lavaban las manos; y que antes de comer únicamente lo hacían el 7% de ellas y el 10% de ellos. De estas cifras se desprende que todavía queda mucho recorrido en cuanto a higiene personal.

El inicio de la pandemia generó una nueva necesidad y supuso un boom en el uso de los geles hidroalcohólicos que, aunque se siguen utilizando, se hace en una cantidad menor. Esto lo corrobora un estudio publicado en la revista JAMA Internal Medicine de EEUU que ha estimado la reducción la frecuencia de la higiene de sus manos en un 21%.

Gran parte de la población ha tomado conciencia de la importancia de la higiene en la contención de la pandemia, sin embargo, no la relaciona con su importancia en la prevención de otras enfermedades. Según UNICEF el lavado regular de manos con jabón antes de comer y después de ir al baño, reducen el riesgo de diarreas en más del 40%, y el lavado de manos puede reducir en un 20% las infecciones respiratorias.

Una nueva cultura de la higiene parece abrirse paso en nuestra sociedad, si bien es cierto que los expertos no se ponen de acuerdo en las tendencias. Aunque en España los hábitos de higiene personal han cambiado de un año a otro, en EEUU solo un año después de la pandemia se han relajado dichos hábitos. Sea como fuere, los científicos estiman que la principal arma contra el Covid-19, al margen de la vacuna, es tener hábitos de higiene de manos sólidos y frecuentes.JOA

Authors

Joan Estornell

Marketing Manager Food Hygiene en CHRISTEYNS. Licenciado en Ciencias de la Información. Máster en Dirección de Cuentas Publicitarias. Innovación estratégica en Marketing y Publicidad (UAB). Máster en Digital Business. Marketing Digital (ESIC Business & Marketing School). Curso Higienista en la Industria Alimentaria (Betelgeux).

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